Las actividades escolares son cortadoras
de alas. Todas están marcadas, todas guiadas, ''protegiendo’’ aquello que los
alumnos y alumnas deben aprender, sin dejar paso a la imaginación ni al
''descontrol’’ cognitivo.
Debemos estimular el trabajo; que los alumnos
hagan cosa, que toquen, que experimenten. Actividades reales, que tengan
validez para los alumnos y alumnas. Que tengan sentido. Fomentar el Slow
education, encontrar los criterios reales de la educación, fomentar los
principales valores que cimienta la educación. Dejar la competitividad de lado,
no centrarse en la obtención de resultados; sino, todo lo contrario. Fomentar la
cooperatividad, dándole importancia al proceso, al avance, al esfuerzo y no al
resultado final, a una nota obtenida en un examen.
Nos venden la escuela como la ‘’empresa’’
que nos forma para el trabajo, algo obligatorio; y ya sabemos que siempre al
final todo lo que es obligación nos produce descontento, y más si no nos gusta
lo que hacemos. Los niños y niñas ven la escuela, más concretamente el aula
como un sitio aburrido donde les obligan a trabajar, copiar y leer, y
memorizar, y estarse quietos, no hablar,… Se sienten encerrados en las cuatro
paredes del aula en lo que solo les motivaba la sirena de la hora del patio,
donde al menos por media hora puede correr, jugar, hablar, reír, gritar.
Y nosotros tenemos la fundamental tarea
de cambiar esta visión. Debemos ser capaces de convertir la escuela en el lugar
lúdico y didáctico que tiene que ser. Cambiar la visión de los profesores y
profesoras; cambiar la visión de los niños y niñas, de todos y cada uno de los
alumnos; cambiar la visión de las familias. Tiene que estar muy presente y
visible la conexión de la escuela con el día a día, con el contexto, con el
barrio, pueblo o ciudad. Fomentar y
llevar a cabo actividades que rompan las paredes de las aulas.
Otro punto importante e imprescindible a
tratar, y del que trata Jordi Adell en la conferencia, son las tan conocidas e ''innovadoras’’
TICs en el aula. Pero, nos tiene que entrar ya en la cabeza que TIC no implica innovación.
Debemos saber utilizar las TIC, saber cuándo y cómo utilizarlas. Se debe
utilizar las herramientas TIC adecuadas a cada momento y objetivo, y no una
para todos.
Hoy en día es muy fácil hablar de innovación
tecnológica, sobre todo dentro de las aulas; pero debemos tener presente que innovación
tecnológica no implica innovación didáctica. Como bien dice Jordi, ''si los alumnos hacen lo mismo de siempre,
no es innovación’’.
Aquí os dejamos con la conferencia por si queréis profundizar más sobre el tema, para que analicéis que está pasando en las aulas y qué deberíamos hacer para que eso cambiase.
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